Parte del
libro: HISTORIAS DEL ROCK EN PIURA
Por: Miguel Almeida Saldarriaga
Nacieron no en una
cripta de un cementerio, sino en la Unidad Vecinal conocida como la (UV), un
conglomerado de viviendas de tres pisos y de familias que se complacían de
habitar en ese espacio inagotable de juventudes sanas y sin límites que seducía
a propios y extraños. En los parques y superficies abiertas o en sus
proximidades los muchachos y las muchachas, para entretenerse duro le daban a
balón de futbol, de voley o de básquet, de esos semilleros salieron grandes
jugadores piuranos de talla nacional e internacional, como en el futbol Noé
Rojas (nucas), en el básquet salieron grandes jugadores como Miguel Montero
Seminario ( El Tiri ), y en el vóley Mara y Clara Bulnes, podemos seguir
hablando un montón sobre esto, etc. deportes en los que los de la UV eran
campeones y enorgullecía a esa comunidad, la misma que los acompañaba con la
barras que habían aprendido de la estadía de Manuel Arrunategui ( Mañuco ), en
Argentina, para hacer los canticos y celebraciones en cada triunfo.
Hoy en medio de nostalgias y de otros ardides emocionales,
recordamos los años cuando la UV que creía tener todo, no reparaba en la falta
de un superhéroe, pero en otra área, o sea en la del Rock, donde otros barrios
sacaban ventajas. Los más chibolos serían los indicados para salvar a la UV de
semejante roche y no apareció solo uno, fue un grupo que muchas veces volvía a
la vecindad, rostros sudorosos, relajados y embelesados, balanceándose con sus
guitarras en mano y alrededor de ellos una legión de fanáticos que los aclamaba
campeones, en las competencias donde hay que mirarlo con gafas de Rock
&Roll.
A estos héroes de la UV, hoy los recordamos por ahí, frente a una
hordilla de chiquillos que disparaban sus humanidades gritos de alegría y
bailaban con pasos de indio comanche, mientras ensayaban canciones, un poquito
alejados de sus mayorcitos que duro le daban al balón. Estos novatos en los que
pretendían ser músicos de rock, con las justas podían afinar sus guitarras
artesanales, sus tambores y sus voces y ya ambicionaban en un futuro cercano,
ocasionar loqueríos en las calles y escenarios que pisaran y por donde ser
reconocidos como destacados rockeros, allí aprendieron a tocar y cantar
muchachos como Hernán Gallo Olmos ( Nanchi ) fallecido , su hermano Ernesto,
seguidor de Cat Stevens, Piero…., entre otros que salían a cantar al parque de
la UV.
Recordemos que en
la Avenida Sullana, a poquísimos metros del Copacabana tenían los de la UV un
salón para uso exclusivo de sus moradores. Ahí armaban sus jaranas y bajo ese
techo se desahuevaron los chiquillos de nuestras historias durante un
quinceañero tras largas jornadas de ensayos en plena calle, la mayor de las
veces ensayaban en una esquina que quedaba frente a la UV entre el Block 7 y 8,
y era parte de la calle, frente a los jardines de la casa de Tere Guarda,
también ensayaban en la casa de Beto Coello frente a la Bolognesi, tras largas
jornadas de ensayos. Los héroes OSCAR NEGRÓN ESPINOSA (CHISUM), WILMER GARCIA
CORNEJO ( EL LEÓN DE GUANAJATO), JAIME RIVERA CAMINO, GILBERTO COELLO OVALLE
(BETO), EDUARDO RIQUEROS RAYGADA (WHAYO), JUAN FRANCISCO GIRÓN SILVA (POCHO), Y
ROLANDO VARGAS GONZALES. Muchos de ellos actualmente son reconocidos
profesionales como ROLANDO VARGAS, quien mucho antes de ser el acreditado
médico que es hoy, creyó ser el clarividente, y ya se comportaba como
empresario, repetidamente vio el accionar de sus convecinos en diferentes
actividades y sintió las buenas vibras, el potencial de esos churres causantes
de desmadres, y les propuso ser su manager ya que estos músicos en ciernes no
tenían idea de nada, ROLANDO VARGAS, les explico que no están simple montar una
expedición, un safari, para capturar a ese monstruo de mil cabezas que se llama
público. Se precisaba de recursos, contrato y dinero y así como andaba de
embalado el grupo, era
igual de misio.
ROLANDO, hizo sonar el gong indicando que hasta ahí era el primer
round y regreso con el primer contrato y el grupo no tenía nombre. Resulta que
como buena collera iban juntos de aquí para allá y de arriba abajo. Esa vez
tenían que cumplir una obligada cita en el distrito de Castilla con MANOLO
FRIAS UBILLUS ( EL SASTRE HIPPYE), chapa que le colgó LUCHO DÁVILA del grupo
SANGRE VERDE, porque él era el sastre de micas y lompas de los muchachos del
Rock en Piura. Al hablar de música le confiesan la alegría del primer contrato
y el problema de ser una banda sin nombre. MANOLO todo voluntarioso como ningún
otro, les dice muy a la ligera, llamen a la banda LOS HIJOS DEL SEPULTURERO. En
verdad os digo hermanos que me hubiese encantado ver las expresiones de estos
dubitativos músicos, ante la tamaña sugerencia, porque nombre más loco no pudo
haber, y los dejo fríos y perplejos.
Los que han vivido el Rock al tope admiten, que es lo más intenso
y eso lo admiten quienes conformaron la banda de nuestro relato. A LOS HIJOS
DEL SEPULTURERO, les fue recontra chévere y cuando consiguieron su merecida
fama ya sea tocando en el salón de la UV o en otros sitios, los fans llegaban
en mancha para aclamarlos. La expectativa que creaba su entorno fue enorme y el
cariño y el respaldo de la vecindad se hizo irrompible; sobretodo, con la
batería de la UV y alrededores, los chicos parecían soltados de sus amarras.
Para los HIJOS DEL SEPULTURERO, hubiera sido sencillo y de mucho provecho
económico seguir en la movida y desatender algunas cosas, pues tenían contratos
en Sullana, Talara, su manager ROLANDO era bien movido como empresario, como lo
es aún ahora, pero el tiempo es algo curioso, cambia muchas cosas y cierta vez,
no sabemos las circunstancias, si saboreando las raspadillas del ZAMBO, de la
esquina de la Moquegua con la Sullana, el mismo que le llamaban BOMBA y en las
noches vendía refrescos en la entrada de la Cazuela del Cine Variedades, o los
cebiches de caballa en la Villa Olímpica o tal vez en el Copacabana.
Ellos con la confianza de quien puede dormir tranquilo con su
pasado, disponen separarse, apartarse del mundo del rock. Eso sí, atesorarían
esos preciosos meses como algo digno de contar a sus proles acerca de sus
actividades como rockeros.
Hoy sus fanes, a través de la persiana del nebuloso tiempo pasado, han de mirar en
su mente a JAIME RIVERA CAMINO, cantando Massachusetts, la difícil canción de
los BEEGEES, sin sospechar que mañana más tarde brillaría como un profesor de
la Universidad Carlos III de Madrid España y además, reconocido expositor y
escritor mundial de temas de Marketing. ROLANDO VARGAS GONZALEZ es un excelente
médico e investigador de talla internacional con respecto a la Diabetes.
EDUARDO RIQUEROS RAYGADA, es un ingeniero industrial y a pesar de sus recargadas labores continua
con la fiebre del rock, la misma que lo hace mantenerse joven de mente y
cuerpo. A los otros muchachos difícilmente los podrán olvidar a OSCAR NEGRON ESPINOSA, tocando
los tambores y llevando en hombros su batería y sus baquetas, hoy un reconocido
profesional en Brasil, país del futbol, como no recordar las primeras en
guitarra de BETO COELLO OVALLE, que se dejaba los bigotitos a lo JIMMY HENDRIX
y ahora en Bolivia, recordar a JUAN FRANCISCO GIRÓN (POCHO), actualmente en
Lima, buena guitarra y en su casa contaba con la modernidad de ese entonces una
grabadora, con la cual grababan la música que tocaban, para ensayar, tantas
cosas que recordar que se hace imposible recordarlas…. Ah.. el Flaco WILMER
GARCIA CORNEJO, quien tocaba el Bajo casi mentalmente, además su hermano WILLI
( Hoy reconocido Ingeniero), confeccionaba los polos hippyes utilizando los
tintes de esa época con dibujos de guitarra entre otros dibujos. A estos
muchachos difícilmente los podrán olvidar, excluirlos de las conversaciones de
los viernes por la noche, cuando chelas en mesa evoquen tardes y noches y
también los días, mañanas, tardes y noches, que vivieron felices con la música
de LOS HIJOS DEL SEPULTURERO.
WHAYO, siguió
dentro del círculo de los que se dedicaban al Rock. Se contactó con otros seres
alegres que andaban en trance de elegir el momento de arrancar un capítulo de
trascendencia que se llamó: CRAZY MEN, y en donde le toco vivir de manera
intensa otra historia del Rock en Piura que la contaremos más adelante en este
libro.